¿Es posible promover el bienestar emocional dentro del aula?
- Silvana Scarampi
- 12 dic 2024
- 2 Min. de lectura

Los niños también pueden ser atravesados por el estrés de manera negativa. Como educadores podemos intervenir activamente para promover espacios de bienestar. Es un hecho que esa sensación positiva y placentera muchas veces necesita de un empujoncito. Las investigaciones nos dicen que uno de los factores más relevantes es la desconexión diaria y sin dudas no hay que esperar al recreo para que suceda. Crear momentos dentro del aula que promuevan la conexión con el presente genera innumerables beneficios, y es posible lograrlo con simples ejercicios de respiración.
Estrés infantil: una realidad en el aula
Los niños de hoy enfrentan numerosas presiones que pueden afectar su bienestar emocional: el ritmo acelerado de la vida moderna, las demandas escolares y las complejidades en las relaciones interpersonales son solo algunos ejemplos. En este contexto, el aula puede convertirse en un espacio clave para aliviar el estrés y cultivar la tranquilidad.
La importancia de crear momentos de conexión
La educación emocional busca fomentar la autoconciencia, la autorregulación y las habilidades sociales. Incorporar prácticas como ejercicios de respiración consciente puede ayudar a los estudiantes a desconectarse de las preocupaciones externas y a conectarse con el momento presente. Este tipo de prácticas no solo reduce el estrés, sino que también mejora la concentración, la empatía y la resolución de conflictos.
Ejercicios prácticos para el aula
Respiración 4-7-8: Invita a los estudiantes a inhalar durante 4 segundos, mantener la respiración durante 7 segundos y exhalar lentamente durante 8 segundos. Este ejercicio calma el sistema nervioso y mejora la atención.
El ancla del presente: Pide a los alumnos que cierren los ojos, respiren profundamente y enumeren tres cosas que puedan sentir, escuchar y oler en ese momento. Este ejercicio promueve la atención plena.
Círculo de gratitud: Dedica unos minutos para que los estudiantes compartan algo por lo que estén agradecidos. Este simple acto mejora el ánimo y fortalece los lazos entre los compañeros.
Beneficios comprobados
La implementación de estas prácticas ha mostrado resultados positivos en numerosos estudios. Los estudiantes que participan en actividades de regulación emocional reportan menos niveles de ansiedad y un mayor compromiso con el aprendizaje. Además, el aula se convierte en un espacio más colaborativo y respetuoso. Antes de encarar una tarea desafiante o un momento de evaluación es super positivo generar la disposición emocional adecuada para lograr los mejores resultados. Un cerebro angustiado, con miedo o preocupado seguramente no logrará demostrar el dominio de ningún conocimiento de la forma más acabada. Mientras que, luego de un momento que ayude al estudiante a recuperar la calma, al lograr enfocarse, tendrá un mejor control de sí mismo y de su desempeño.
Un cambio cultural necesario
Promover el bienestar emocional en el aula no es solo una estrategia, sino un cambio de paradigma en la educación. Es fundamental que los docentes reciban formación en herramientas de educación emocional y que las escuelas incorporen estas prácticas de manera sistemática.
El bienestar emocional dentro del aula no solo es posible, sino necesario. Al crear momentos de conexión y calma, estamos equipando a los estudiantes con habilidades esenciales para enfrentar los desafíos de la vida, tanto dentro como fuera del aula, desarrollando su propia "caja de herramientas" que le permitirá gestionar sus estados emocionales.