“Una mentalidad fija se focaliza en comprobar cuán inteligente eres,
una mentalidad de crecimiento se enfoca en promover que mejores.”
Diane Flynn
Hace no mucho tiempo, llegó a mis manos un workbook de Udemy Business “Manager essentials: supporting a Growth Mindset” que claramente puedo implementar en la tarea de conducción de equipos desde mi rol de directora de una institución educativa.
Pero este material, me llevó a ir un poco más allá y hacer una invitación a pensar si como formadores no deberíamos tener también como objetivo promover el desarrollo de esta mentalidad de crecimiento en nuestros estudiantes, para que ellos mismos puedan desarrollar las herramientas necesarias para llevar adelante sus propios procesos de cambio, innovación y crecimiento.
¿En el mundo actual, caracterizado por la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VICA), no se hace fundamental ayudar a los estudiantes a desarrollar una mentalidad de crecimiento?
Creemos que sí, porque esta mentalidad les permite adaptarse a los constantes cambios y desafíos del entorno. Al creer que sus habilidades y capacidades pueden desarrollarse a través del esfuerzo y la práctica, los estudiantes están preparados para enfrentar los desafíos de manera resiliente y buscar soluciones creativas. Además, en un mundo donde las habilidades blandas son cada vez más valoradas, la mentalidad de crecimiento se convierte en un catalizador para el desarrollo de estas habilidades. Al creer en su capacidad de aprender y mejorar, los estudiantes están más dispuestos a trabajar en su comunicación, trabajo en equipo, resolución de problemas y adaptabilidad, entre otras habilidades fundamentales para tener éxito en el mundo VICA.
Partamos de la siguiente pregunta:
¿Nuestras habilidades, destrezas y capacidades son innatas y definen de manera determinante nuestra inteligencia?
La forma en que respondamos a esta pregunta determinará en gran medida si tenemos una mentalidad fija, si pensamos que sí; o una mentalidad de crecimiento, si creemos que no.
Y como nosotros creemos que no, también estamos convencidos de que desarrollar una mentalidad de crecimiento es posible. Solo hace falta proponérselo y perder el miedo a intentarlo.
BENEFICIOS DE CULTIVAR UNA MENTALIDAD DE CRECIMIENTO
Creciente probabilidad de desarrollar confianza hacia los colegas/pares
Desarrollar un mayor sentido de pertenencia y de compromiso hacia la tarea/ equipo/ institución u organización
Mayor aceptación de que la toma de riesgos y la innovación son valorados y promovidos.
¿Cómo ayudamos a nuestros estudiantes a desarrollar una mentalidad de crecimiento?
El mejor modo de que nuestros estudiantes desarrollen una mentalidad de crecimiento es modelar a través de nuestras actitudes y comportamientos aquellos aspectos y conductas que deseamos que ellos adopten.
Es fundamental que podamos tener una mirada reflexiva sobre nuestra propia mentalidad para poder analizar cómo nos manejamos nosotros mismos y cómo vamos construyendo nuestra propia mentalidad de crecimiento para clarificar los aspectos involucrados.
Esto nos va a permitir tener en mente un Plan de acción para orientar las conversaciones que podamos mantener con nuestros grupos /equipos y modelar y estimular aquellas actitudes y comportamientos propios de una mentalidad de crecimiento.
¿Cuáles son los aspectos que hacen a una mentalidad de crecimiento?
APRENDER DE LOS DESAFÍOS
Uno de los escalones más importantes para lograr desarrollar una mentalidad de crecimiento y encarar los cambios necesarios es redefinir los desafíos en términos de oportunidades de aprendizaje.
! Para ello podemos pensar en algún desafío reciente que hayamos tenido que afrontar en nuestro ámbito laboral/escolar y listar aquellos detalles que resultaron desafiantes.
[ ¿Cómo podrías reinterpretar ese desafío como oportunidad de aprendizaje? (por ejemplo, tuviste que hacer el cierre de un período de evaluación y estabas muy atrasado/a con la corrección de los exámenes de tus estudiantes. Podrías ver esto como una oportunidad de revisar y crearte un sistema organizador para planificar momentos en tu rutina diaria para esta tarea. Esto mismo podría adaptarse como ejemplo para los estudiantes.)
PERSISTIR MÁS ALLÁ DE LOS OBSTÁCULOS
Una vez identificados los desafíos es necesario poder traducirlos en lecciones o actividades que permitan tomarlos como objeto de reflexión para nuestros equipos/grupos de trabajo. (Seguramente haya que modificarlos o simplificarlos para hacerlos anónimos y que nadie se sienta expuesto si los vamos a compartir con el grupo amplio)
Describí cómo se podría transformar un reciente desafío de uno de los miembros del equipo. (teniendo en cuenta la necesidad de discreción para preservarlo)
¿De qué forma podrías estimular a los miembros de tu equipo/grupo para transformar sus obstáculos en experiencias de aprendizaje? Podrías intentar con preguntas como:
- ¿Cómo podrías transformar este desafío en una oportunidad de aprendizaje?
- ¿Qué aprendiste de esta experiencia?
- ¿Qué cambios te inspira a hacer a futuro?
VER EL ESFUERZO COMO UN CAMINO HACIA LA MAESTRÍA
Cuando se inicia el camino hacia el desarrollo de una mentalidad de crecimiento, o se está trabajando sobre alguna competencia, no debemos esperar resultados inmediatos. Reconocer que hay esfuerzo involucrado y ayudar al equipo a crear un camino hacia la maestría incluye ponerse en acción y programar tiempo de aprendizaje.
Crea una lista con las formas en que los miembros de tu equipo/grupo pueden desarrollar sus habilidades o preparase para hacer frente a los obstáculos. Puede incluir:
- Tomar cursos online
- Asistir a reuniones / grupos de trabajo o de aprendizaje
- Participar de comunidades online vinculadas al tema en cuestión
- Participar de proyectos de entrenamiento en el ámbito laboral/ escolar
Revisar la lista con cada miembro del equipo y crear un plan de acción: pensar qué actividad priorizar en el corto y mediano plazo. Resaltar que el cambio usualmente requiere un significativo esfuerzo, y ese plan puede tomar semanas o meses.
REFLEXIONAR SOBRE EL FEEDBACK
El feedback y las críticas constructivas son herramientas que pueden impulsar nuestro crecimiento, pero requieren de un esfuerzo intencional para hacer un uso adecuado de ellas. Podemos ayudar a nuestros equipos/grupos mostrándoles formatos efectivos para ofrecer feedback, explicitando que está bien pedir aclaraciones o explicaciones adicionales si las creen necesarias.
Un feedback demasiado vago o personal puede dañar más de lo que puede ayudar. Hay que asegurarse de que los miembros del equipo conozcan el modelo de evaluación que se va a utilizar (escalera de feedback, SBI, etc) para que sepan cómo debe ser un buen feedback. Utilizá ese formato y decidí el espacio apropiado para identificar dónde, cuándo y cómo se dará feedback al equipo/grupo.
Recordá a tu equipo que sentirse a gusto recibiendo un feedback constructivo es una competencia que requiere tiempo para su desarrollo y que ellos siempre pueden pedir información adicional para poder darle mayor sentido al feedback. Aquí algunas frases para utilizar. Te proponemos pensar algunas más:
- ¿Podrías ofrecerme un ejemplo concreto…?
- ¿Podrías explicar a qué te referís cuando….?
INSPIRARSE EN EL ÉXITO DE LOS DEMÁS
El desarrollo de una mentalidad de crecimiento debe ser un esfuerzo de toda la organización/curso/grupo/Institución. Como líder, tenés que modelar la mentalidad de crecimiento y estimular a los miembros del equipo a ver el éxito de los pares como una fuente de inspiración.
Estimulá a tu equipo a reflexionar sobre este punto utilizando historias internas de éxito que hayan atravesado recientemente. Podría tratarse de un colaborador que obtuvo una promoción, que fue reconocido en público o tuvo éxito en algún proyecto o propuesta específica.
¿Cómo esas historias podrían inspirar un cambio de mentalidad o una acción específica en el equipo? Por ejemplo: si un miembro tuvo éxito en liderar un proyecto específico, solicitarle que exponga en la próxima reunión para conocer con mayor profundidad su enfoque.
Siempre hay que tener presente que nosotros podemos inspirar a los demás con ejemplos propios de cambios de mentalidad.
Promover una mentalidad de crecimiento no se trata simplemente de elogiar a los colaboradores o estudiantes. Es necesaria una clara intencionalidad detrás de nuestras acciones. Es fundamental recompensar no solo el esfuerzo, sino también el aprendizaje y el progreso, y empatizar con aquellos procesos que pueden promoverlos: pedir ayuda a los demás, poner a prueba nuevas estrategias, capitalizar los contratiempos para avanzar con eficacia.
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